
En el corazón de Londres, la represión estatal se mostró con toda crudeza: 890 personas fueron detenidas por manifestarse contra el genocidio en Gaza y expresar solidaridad con el colectivo Acción Palestina, ilegalizado por decisión del gobierno laborista. El aparato policial, al servicio de los intereses de las élites y del capital, desplegó más de 2.500 agentes para contener la protesta. La acusación de “terrorismo” se utilizó como herramienta política para acallar a quienes portaban pancartas denunciando la masacre y la complicidad del Reino Unido en la venta de armas al régimen israelí.
Mientras los manifestantes reclamaban justicia y paz, el Estado respondió con cárcel, persecución y violencia policial. Esta ofensiva represiva, que criminaliza la disidencia, confirma el carácter autoritario de un sistema que protege a los opresores y castiga a quienes luchan por la dignidad de los pueblos.
Fuente de la noticia, Redes sociales
Foto < Redes sociales >
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