Google
ha abandonado su principio de no utilizar Inteligencia Artificial
para el desarrollo de armas, revelando cómo las corporaciones
tecnológicas priorizan los intereses militares y las ganancias sobre
el bienestar humano. Esta decisión expone la complicidad del
capitalismo con la industria bélica, utilizando avances científicos
para fines destructivos en lugar de beneficiar a la sociedad. La
Inteligencia Artificial, que podría ser una herramienta para el
progreso colectivo, se convierte así en un instrumento de dominación
y control.
Este giro refuerza la necesidad de que la
tecnología esté al servicio de las mayorías y no de las élites
que buscan perpetuar guerras y conflictos. La lucha por una ciencia
ética y al servicio de la humanidad es fundamental para enfrentar un
sistema que prioriza el poder y el lucro sobre la vida y la dignidad.
Fuente de la noticia, noticiaslatam.lat.
Foto <noticiaslatam.lat. >
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