En las elecciones en la Comunidad Autonoma Vasca gana la abstención, pero el premio se lo lleva la derecha del PNV.

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  Unos dirán que ha sido por causa de pandemia o el miedo a infectarse de coronavirus, otros que las elecciones han coincidido con el verano y la gente se ha ido a la playa o al campo; pero también habrá quien opine, con argumentos más que fundados, que buena parte del electorado que no ha votado, casi la mitad del censo, porque rechaza al sistema. 
 
Por un motivo o por otro, lo cierto es que la participación en la jornada electoral de la Comunidad Autónoma Vasca ha sido la más baja de la historia en estos comicios: el 52,86%. Es decir, el 47,14% no ha votado o se ha abstenido.

Ha ganado con creces, pues, la abstención, pero el sistema francoborbonico español nunca lo verá de esa manera. Para los defensores del mismo la abstención les trae sin cuidado; aplican los porcentajes de votos emitidos que han recibido cada partido y, en base a eso, se reparten los escaños.

Después tendrán la desfachatez de decirnos que la composición del parlamento representa la voluntad de la ciudadanía, lo que es absolutamente falso con un 47,15% fuera del mismo.

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