Foto Archivo
El 27 de septiembre de 1975 no fue un día cualquiera. En la mañana del citado día Franco consumó sus últimos fusilamientos; las balas asesinas acabaron con la vida de cinco militantes antifranquistas. Cuando cuarenta y dos años después y de diferentes maneras el sangriento dictador sigue vivo en la “democracia española”, bien vale la pena recordar aquel fatídico día
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Francisco Franco intervino en público por última vez el 1 de octubre de 1975, durante el aniversario de su proclamación como Jefe del Estado. Y largó su retórica fascista desde el balcón principal del Palacio Real, sito en la madrileña Plaza de Oriente. No podía faltar a su lado Juan Carlos de Borbón. Entonces príncipe y desde seis años atrás heredero de Franco a título de rey, ultimando su siniestro aprendizaje.
Francisco Franco intervino en público por última vez el 1 de octubre de 1975, durante el aniversario de su proclamación como Jefe del Estado. Y largó su retórica fascista desde el balcón principal del Palacio Real, sito en la madrileña Plaza de Oriente. No podía faltar a su lado Juan Carlos de Borbón. Entonces príncipe y desde seis años atrás heredero de Franco a título de rey, ultimando su siniestro aprendizaje.
Solo cuatro días antes habían sido fusiladas las cinco últimas victimas del franquismo con Franco: Juan Paredes Manot —Txiki—, Ángel Otaegi, José Luís Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y José Humberto Baena Alonso; los dos primeros militantes de Euskadi ta Askatasuna y los otros tres del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota.
Los cinco revolucionarios fueron condenados a muerte tras juicios farsa.
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