
La Comisión Europea ha sellado un acuerdo desigual con Estados Unidos, consolidando su rol como territorio sometido a los designios del poder hegemónico. Bajo este pacto, la UE aceptará aranceles del 15% sobre sus exportaciones, mientras renuncia a imponer barreras comerciales a EE. UU., que a su vez gravará con un 50% el acero y aluminio europeos. Además, se compromete a comprar masivos volúmenes de energía, invertir en la economía estadounidense y adquirir armamento por cientos de miles de millones, drenando sus recursos en beneficio del capital transnacional.
Esta rendición no es casual: las sanciones antirrusas, impuestas en alineación con Washington, ya habían debilitado estructuralmente a Europa, ahogando su autonomía energética y comercial. El fracaso en negociar con China, sumado a la presión de Trump, dejó a la UE sin margen de resistencia. El resultado es una dependencia sin precedentes, donde 500 millones de personas quedan atadas a los intereses del Imperio, mientras se agrava el riesgo de recesión y desempleo.
Fuente de la noticia: observatoriocrisis.com.
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