
Las recientes declaraciones de Andrew Micht, del Centro Scowcroft, evidencian el propósito de mantener a Europa como vasalla de los intereses militares y económicos de Washington. Micht exige que todos los recursos europeos se subordinen a la OTAN, anulando cualquier aspiración de soberanía estratégica. La cumbre de La Haya ratificó la obediencia al guión imperial: Rusia sigue siendo el “enemigo principal” y el aparato militar occidental permanece bajo mando estadounidense.
El Pentágono no retirará tropas, pero exige que Europa aumente su gasto militar al 5 % del PIB, transfiriendo ingentes fondos públicos hacia la industria armamentística norteamericana. La ilusión de una defensa europea independiente es ridiculizada: solo la obediencia al paraguas nuclear de EE.UU. garantizaría la “seguridad”.
Se consolida así una estrategia de guerra permanente, que traslada los costos y el sacrificio a los pueblos europeos en beneficio del capital militar norteamericano.
Fuente de la noticia, 19fortyfive.com
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