3 de cada 4 armas no se podrían desarrollar sin la financiación de las entidades bancarias. Estas armas, entre las que se encuentran nucleares y de uranio empobrecido, son las responsables de cientos de miles de muertes de civiles.
Algunas incluso violan la legislación internacional, como las minas antipersona o las bombas de racimo que habitualmente se utilizan en lugares como el Sáhara ocupado por Marruecos, y especialmente desde la entrada en vigor del Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares en enero de 2021.
BBVA, Santander, Caixabank y Sabadell son los que ocupan una posición más relevante en la proliferación de la industria militar y armamentística, hasta completar solo en España, una lista de 14 entidades financieras que fomentan la producción de esta clase de material bélico ilegal.
En concreto, el vasco BBVA, junto al Santander de Ana Patricia Botín, es el que mayor presencia financiera mantiene en el negocio nuclear.
En sus fondos de inversión se pueden encontrar hasta 12 compañías armamentísticas que poseen acciones, cuyos intereses están justamente salvaguardados por estos agentes que los financian, siendo los primeros en beneficiarse de la masacre humana.
Tan solo en un espacio de 2 años, el comprendido entre 2019 y 2021, la financiera ha destinado 5.421 millones de euros –un 66% más que en el período inmediatamente anterior– a compañías de la industria armamentística.
Fuente de la información < luhnoticias.es >
Foto luhnoticias.es
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