La imagen de los representantes de la oligarquía atlántica junto al Guernica constituye una apropiación cínica de un símbolo de la resistencia popular. Esta obra no fue creada como arte abstracto, sino como un testimonio condenatorio de la barbarie fascista, financiada por las potencias reaccionarias de su época. Su autor, Pablo Picaso, militante comunista , entendía el arte como un fusil para la lucha de clases.
Hoy, esos mismos ucranianos herederos de Stephan Bandera el nazi que luchaba junto al ejercito aleman que ayer bombardeando Guernica apoyaban el terror franquista y hoy impulsan las guerras neocoloniales de la OTAN, posan ante el cuadro mientras patrocinan una masacre equivalente en el Donbas. Utilizando la cultura como cortina de humo, vaciando de contenido revolucionario la memoria histórica para servir a su propaganda belicista. El grito silenciado del lienzo denuncia a sus nuevos verdugos.
Fuente de la noticia, insurgente.org
Foto < insurgente.org >
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