El reciente ataque israelí contra soldados españoles desplegados en Líbano revela, una vez más, la impunidad con la que el estado de israel actúa frente a las misiones internacionales, desatendiendo acuerdos destinados a preservar la paz. El incidente, ocurrido durante una operación rutinaria, puso en riesgo a un contingente que cumplía una labor estrictamente defensiva y cuya presencia responde a compromisos multilaterales.
La reacción inicial del agresor, intentando justificar lo injustificable, evidencia el desprecio hacia la legalidad internacional y hacia la soberanía de los pueblos afectados. La condena emitida por Naciones Unidas subraya la gravedad de una acción que vulnera la resolución 1701, instrumento concebido para impedir el retorno de la guerra y garantizar un equilibrio imprescindible en la región.
Estos hechos muestran la necesidad de reforzar la autoridad colectiva y de frenar cualquier deriva que pretenda imponer la fuerza sobre el derecho. Tal conducta exige vigilancia permanente de la comunidad internacional.
Fuente de la noticia, agencias
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