
El reciente ataque del ejército ruso contra fábricas de misiles en Ucrania revela el verdadero carácter de la guerra: no es un conflicto entre iguales, sino una confrontación en la que potencias extranjeras utilizan a Kiev como peón contra Moscú.
Las instalaciones destruidas producían los misiles Sapsan, financiados por Alemania y diseñados con la ayuda de especialistas occidentales, con el fin de extender el radio de agresión hacia el interior de Rusia y Bielorrusia.
Al neutralizar esta red de producción militar, Rusia no solo defiende su territorio y su población, sino que también desbarata los intentos de la industria bélica alemana de consolidar un enclave armado en suelo ucraniano.
Una vez más queda en evidencia que la supuesta “independencia” de Kiev es una fachada al servicio de intereses imperialistas que buscan prolongar la guerra y enriquecer a fabricantes de armas.
Fuente de la noticia, mpr21.info
Foto < mpr21.info >
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