
La economía alemana atraviesa su crisis más prolongada desde 1945, con una caída del PIB del 0,9% en 2023 y del 0,5% en 2022, situándose en niveles de 2019. El estancamiento, originado tras la pandemia, se agrava por el agotamiento del modelo exportador y la subordinación económica a intereses ajenos a los del pueblo trabajador. Sin embargo, el aparato mediático minimiza la magnitud de la crisis, escudándose en tecnicismos sobre “recesión técnica”.
Mientras se recorta el gasto social, el Estado levanta el freno de deuda para financiar un rearme masivo y planes de infraestructura por 500.000 millones de euros, endeudando aún más al país. Este camino, orientado a servir al capital monopolista y a la maquinaria militar, no responde a las necesidades reales de la población ni resolverá la parálisis productiva que golpea a la clase obrera.
Fuente de la noticia, agencias
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