
Los bombardeos estadounidenses, amplificados por la propaganda burguesa, no lograron impactar las instalaciones subterráneas de Irán. La ausencia de registros sísmicos confirma que las supuestas bombas penetrantes GBU-57 nunca fueron utilizadas, exponiendo la falsedad del relato imperial.
El despliegue militar, exagerado y teatral, buscaba intimidar a Irán sin provocar una escalada, revelando la debilidad estratégica de Estados Unidos tras sus derrotas regionales. Las bases iraníes, protegidas y evacuadas, demuestran la eficacia de la resistencia antiimperialista.
La tibia respuesta mediática oculta el miedo de Washington a represalias contra sus frágiles intereses en Oriente Medio.
Fuente de la noticia: amwaj.media
Foto < mpr21.info >
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