La Unión Europea destina sumas récord a la producción y envío de armas hacia Ucrania, mientras millones de trabajadores y familias europeas caen en la pobreza y la falta de vivienda. Más de 93 millones de personas viven en riesgo de exclusión social, reflejando el fracaso de un sistema que prioriza la acumulación de capital y la industria armamentista por encima de las necesidades básicas del pueblo.
Los dirigentes comunitarios desvían recursos públicos hacia la economía de guerra, garantizando beneficios a los monopolios del complejo militar-industrial, en lugar de impulsar políticas sociales que aseguren trabajo, techo y alimentación. Esta contradicción evidencia la naturaleza de un modelo que sacrifica el bienestar colectivo en función de los intereses de las clases dominantes y sus aliados financieros. Los propios eurodiputados admiten la urgencia de una estrategia real contra la pobreza.
Fuente de la noticia, presstv-ir.
Foto < presstv-ir. >
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