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jueves, 6 de enero de 2022

La cárcel de Lleida ha aplicado a Pablo Hasél y al resto de su módulo un régimen de aislamiento que se prolonga desde hace semanas.

 

Catorce días sin apenas salir de la celda. Es la situación que decenas de presos del Centro Penitenciario de Ponent han vivido estas últimas semanas a causa de un supuesto brote de coronavirus registrado en el módulo 7 y que se ha aplicado, curiosamente, en el momento de mayor conflictividad laboral de la historia de esta prisión.

El protocolo del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya para evitar la propagación del coronavirus en las prisiones señala que si hay una agrupación de tres casos positivos o más, se considera que hay un brote, lo que implica que todos los presos de un mismo módulo han de cumplir una cuarentena de catorce días.

El Departamento de Salud detalla que esto, en la práctica, implica que deben aislarse en la celda hasta que no tengan un resultado negativo en una prueba diagnóstica. En el módulo 7 de Ponent, el criterio médico marcó mantener el aislamiento para evitar más contagios a la espera de terminar todas las pruebas y, desde hace pocos días, pasar de aislamiento a confinamiento, menos restrictivo, pero también con limitaciones.

Según explica Alejandra Matamoros, abogada de Pablo Hasél, esta situación ha implicado que tanto él como otros presos hayan tenido que aislarse en la celda durante muchos días, también después de haber dado negativo en una prueba PCR.

Naciones Unidas ha catalogado este tipo de aislamientos prolongados como un sistema de tortura, y de acuerdo a los convenios internacionales suscritos por España, están prohibidos.

Fuente de la noticia www.vilaweb.cat

Foto www.vilaweb.cat

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