Estados Unidos no es capaz de elaborar fármacos sin la ayuda de China.

La total dependencia de Estados Unidos y sus aliados de las materias primas farmacéuticas producidas en China revela una profunda contradicción del sistema. La lógica de la maximización de la ganancia llevó a la deslocalización de la producción estratégica, subordinando la seguridad sanitaria nacional a los intereses del capital. Hoy, el núcleo de la producción farmacéutica global, incluyendo componentes vitales para cientos de medicamentos esenciales, se concentra en una nación cuyo desarrollo industrial soberano le otorga una posición de fuerza estructural.

Cualquier intento de Washington por reconstruir cadenas de suministro alternativas choca con la baja rentabilidad de esta producción básica y los enormes costos que implicaría, evidenciando la crisis de un modelo que externalizó su propia base material. La interdependencia creada por el capital global se vuelve ahora su punto más vulnerable.

Fuente de la noticia, mpr21.info

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