
El discurso de las agencias de inteligencia alemanas vuelve a los viejos métodos de la Guerra Fría: sembrar el miedo al “enemigo del Este” para consolidar el control político interno y la subordinación militar a la OTAN. Ante el Parlamento, los jefes del espionaje pidieron mayores poderes y libertad de acción “frente a la amenaza rusa”, afirmando que Moscú prepara una ofensiva antes de 2029. Detrás de esa alarma se esconde una estrategia clara: alimentar la histeria colectiva y legitimar el aumento del gasto militar, la vigilancia masiva y la restricción de libertades en nombre de la seguridad.
El argumento de la “guerra híbrida” —ciberataques, drones, sabotajes o desinformación— sirve de justificación para militarizar la vida civil y reforzar el papel de la industria armamentística. Con el inicio de las maniobras nucleares “Steadfast Noon” de la OTAN, la tensión crece y Alemania asume nuevamente el papel de avanzada militar del bloque occidental. Esta deriva autoritaria, bajo la apariencia de defensa, muestra cómo los intereses del capital monopolista impulsan una nueva ola de fascistización y guerra imperialista, desviando la atención de la crisis social y económica que golpea a los pueblos europeos.
Fuente de la noticia, mpr21.info
Foto < mpr21.info >
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