
Sudán ha llevado ante la justicia internacional a Emiratos Árabes Unidos, un Estado aliado de Occidente, acusándolo de genocidio y agresión militar. A pesar de que el Tribunal Internacional de Justicia rechazó la demanda por tecnicismos jurídicos, la realidad es clara: mientras el tribunal deliberaba, drones de combate bombardeaban Puerto Sudán durante seis días, en una escalada de violencia orquestada desde bases extranjeras.
Este conflicto, ignorado por los grandes medios, revela la hipocresía del orden global, donde las potencias imperialistas actúan con impunidad, financiando fuerzas paramilitares para desestabilizar gobiernos soberanos. La ruptura de relaciones diplomáticas por parte de Sudán confirma la gravedad de la injerencia extranjera, destinada a controlar recursos estratégicos como el oro.
La denuncia del embajador sudanés en la ONU expone cómo las bases militares de Emiratos Árabes Unidos en el Mar Rojo sirven para ataques contra civiles, en represalia por la resistencia del ejército sudanés a la entrega de su soberanía. Este es otro ejemplo de cómo el capital financiero y las élites armadas someten a los pueblos.
Fuente de la noticia: mpr21.info
Foto < mpr21.info >
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