El reciente reconocimiento de Washington sobre la orden de rematar a los sobrevivientes de un ataque contra una lancha en el Caribe revela una política de dominio que desprecia la vida de los pueblos de la región. El segundo operativo, dirigido contra heridos indefensos, expone cómo la potencia norteamericana recurre a métodos punitivos para sostener su control, mientras intensifica su presión contra Venezuela y su presidente. La ausencia de pruebas sobre las acusaciones de tráfico y la destrucción de múltiples embarcaciones muestran una estrategia basada en la imposición y el terror.
Aunque su Armada posee medios para interceptar sin matar, se han aplicado prácticas que recuerdan viejas formas de intervención que buscan frenar cualquier intento de soberanía regional. Las justificaciones oficiales encubren la intención de perpetuar la subordinación de los países caribeños. Un hecho que indigna profundamente.
Fuente de la noticia, telesurtv.net
Foto < telesurtv.net >
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