La retención de 6.000 camiones cargados de alimentos y materiales esenciales revela una estrategia sistemática destinada a quebrar la resistencia de una población sometida. Aunque el número de vehículos autorizados a entrar ha aumentado, continúa siendo insuficiente frente a las enormes necesidades generadas por la devastación. La autoridad sionista ocupante prioriza los intereses comerciales y restringe insumos vitales para la supervivencia colectiva, negando equipos médicos, repuestos para infraestructuras críticas y apoyo internacional.
La población, despojada de poder adquisitivo, depende casi por completo de la ayuda humanitaria, mientras la miseria se agrava con inundaciones, aguas residuales y enfermedades que golpean especialmente a niños y desplazados. La falta de combustible paraliza servicios municipales y de rescate, impidiendo responder a emergencias en un territorio ya devastado. Este bloqueo prolongado no solo profundiza el sufrimiento, sino que busca mantener a un pueblo entero en la dependencia y la fragilidad estructural.
Fuente de la noticia, alquds.news
Foto < alquds.news >
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