Una de las alternativas elegida por los bancos españoles para recuperar la rentabilidad perdida a raíz de la crisis financiera de 2008 han sido las fusiones. A través de estas operaciones, las entidades financieras, demasiado ligadas al ciclo económico, reducen una parte importante de sus costes, a la vez que se aseguran una mayor presencia en el mercado.
El progresivo cierre de oficinas, además de debilitar la atención personalizada al cliente, también ha repercutido en el número de trabajadores. El ajuste de la banca se ha traducido en un recorte de 97.000 puestos de trabajo desde el inicio de la crisis, cuando el sector daba empleo a unas 240.000 personas. Solo durante este año unos 7.400 trabajadores han perdido o van a perder su puesto de trabajo a través de Expedientes de Regulación de Empleo.
Otra inmediata consecuencia será el aumento de comisiones, que ya se está produciendo en las principales entidades financieras. El BBVA recientemente ha anunciado que empezará a cobrar desde el próximo 1 de enero a sus clientes una cuota de dos euros cada vez que retiren dinero en efectivo en ventanilla por un importe inferior a 2.000 euros. Una comisión que ya cobra CaixaBank.
Santander, por su parte, aplica una comisión de 240 euros anuales a sus clientes menos vinculados. Mientras que la filial española de ING cobrará diez euros al mes de cuota de mantenimiento a sus clientes si no tienen domiciliada su nómina.
Fuente de la noticia www.rtve.es
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