Las empresas petroleras disfrutan de unos beneficios que se cuentan en millones de euros. Entre enero y marzo, la francesa Total consiguió unas ganancias de alrededor de 8.500 millones de euros; la británica Shell, más de 8.600 millones y BP, unos 5.900 millones. El caso más llamativo es el del gigante de Arabia Saudí Aramco, que obtuvo casi 38.000 millones de euros.
En España, Repsol también vio cómo sus beneficios se dispararon hasta superar los 1.000 millones. Este aumento de ganancias se debe a que el precio del petróleo lleva semanas instalado por encima de los 100 dólares el barril, pero esta no es la cifra en la que debería fijarse a los consumidores.
Los conductores no compran directamente crudo, sino productos refinados, como los combustibles, y aquí entra en juego el otro factor que explica por qué el sector gana más: el incremento de los márgenes de las refinerías.
Los beneficios disparados de las petroleras coinciden con una crisis energética que está pasando factura como siempre, al bolsillo de los trabajadores.
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