Causa indignación el caso de un joven manifestante que fue arrojado desde un puente por un policía el pasado 2 de octubre en Santiago de Chile.
En Colombia murió, a principios de septiembre, el estudiante Javier Ordóñez debido a golpes propinados por policías en una comisaría. En las protestas contra la violencia policial que siguieron a la muerte de Ordóñez resultaron muertos, según los medios, 13 civiles.
En junio de 2020, miles de personas salieron a la calle en México para protestar contra el terror policial, después de que un hombre de 30 años, Giovanni López, muriera cuando estaba detenido
“El nivel de violencia y de ejecuciones sumarias está en muchos lugares de Latinoamérica totalmente fuera de control”, según Fernanda Doz Costa, de Amnistía Internacional. Muchos países ni siquiera registran ese tipo de estadísticas, por lo cual es casi imposible obtener informaciones fiables al respecto.
El terror policial afecta, la mayoría de las veces, a los más pobres y a las minorías, sean indígenas, como los mapuches, en Chile y Argentina, o personas negras, como en las favelas de Brasil. Dado que la policía no se ve a sí misma como una fuerza cuyo objetivo es proteger a la población civil, mucho menos se considera protectora de esos grupos, que están en desventaja en la sociedad.
Fuente de la información https://mpr21.info
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.