Foto www.kaosenlared.net
La
española CaixaBank ultima uno de los «retos estratégicos» de su
división de banca privada desde hace años: abrir un banco de nueva
creación en Luxemburgo. La apertura va a coincidir con la
crisis del coronavirus, aunque según fuentes de la entidad esta
emergencia sanitaria y económica «no tiene nada que ver» con el
proyecto, concebido para captar fondos de grandes patrimonios
españoles que tienen dinero en el extranjero.
Ya en sus cuentas de 2018, el grupo mencionaba la «apertura de un nuevo banco en Luxemburgo» como uno de los «retos estratégicos» de su división de banca privada. El objetivo, explican fuentes de CaixaBank, va a ser captar dinero, «fundamentalmente», de residentes españoles con fondos declarados fuera de España con otras entidades. Es un mercado de unos 100.000 millones de euros y el grupo, con unos 70.000 clientes de banca privada en España, quiere una parte de ese pastel en un momento en el que las entidades afrontan una elevadísima incertidumbre por la actual emergencia sanitaria y la parálisis de la economía.
Para la apertura de cuentas en el nuevo banco, se exigirá un mínimo de 500.000 euros. El servicio mayoritario va a ser, previsiblemente, la gestión discrecional de carteras para que, bajo un determinado nivel de riesgos pactado por contrato, se gestione ese patrimonio. El objetivo es empezar a abrir cuentas el 1 de julio, aunque la actividad comercial debería comenzar antes de esa fecha, con un equipo de unas 30 personas en Luxemburgo.
Es una información de www.kaosenlared.net
Ya en sus cuentas de 2018, el grupo mencionaba la «apertura de un nuevo banco en Luxemburgo» como uno de los «retos estratégicos» de su división de banca privada. El objetivo, explican fuentes de CaixaBank, va a ser captar dinero, «fundamentalmente», de residentes españoles con fondos declarados fuera de España con otras entidades. Es un mercado de unos 100.000 millones de euros y el grupo, con unos 70.000 clientes de banca privada en España, quiere una parte de ese pastel en un momento en el que las entidades afrontan una elevadísima incertidumbre por la actual emergencia sanitaria y la parálisis de la economía.
Para la apertura de cuentas en el nuevo banco, se exigirá un mínimo de 500.000 euros. El servicio mayoritario va a ser, previsiblemente, la gestión discrecional de carteras para que, bajo un determinado nivel de riesgos pactado por contrato, se gestione ese patrimonio. El objetivo es empezar a abrir cuentas el 1 de julio, aunque la actividad comercial debería comenzar antes de esa fecha, con un equipo de unas 30 personas en Luxemburgo.
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